Volvia del conservatorio a toda prisa, a mamá no le gustaba que me parase por la calle ni mucho menos hablar con desconocidos... no me gustaba desobedecerla, no era moral, según mi opinión.
Avancé por unos callejones como atajo, para llegar antes, estaba oscureciendo, cuando noté que alguien me seguia, alguien iba muy pegado a mi, y sus pasos se acompasaban con los mios.
Estaba muy asustada, sabia que le tendria que haber pedido a Edward que me viniera a buscar.
Al final eché a correr, con tan mala fortuna que caí al suelo, empec´´e a llorar desconsoladamente